Héctor Pedro Pomilio, autodidacta, nació en Buenos Aires en 1977. Hijo de una familia de raíces italianas, estudio en escuela técnica y siempre fue curioso e investigador.
Las bases de su obra se unen con su capacidad y percepción creativa, que lo ha llevado a las instancias actuales. Poco a poco se fue acercando a los temas del reciclaje, interesándose en los mismos y analizando las posibles utilidades y variantes que se le pueden dar a todos los elementos que se descartan por mal funcionamiento, caducidad o falta de utilidad.
Toda su obra intenta ser un recorrido sobre el desarrollo de la humanidad. Desde lo instintivo a lo racional. Mostrando además los polos, los extremos, del Ser y el Pertenecer.
Cómo el ser humano se cobija en el deseo, huyendo de lo rechazado socialmente, encontrando el Ideal Fantástico, para sentir su integración con el mundo.
Paradójicamente los materiales que utiliza son los que se descartan y desechan, los que, supuestamente, no sirven más. He aquí la esencia de su obra: TODO SIRVE, SOMOS NECESARIOS EN EL MUNDO.
Ha presentado sus obras en Tendencias by Estilo Pilar en 2013.
Participó de una muestra privada sobre temas de polo en Club House en Palermo. Formó parte de la muestra colectiva en la galería Quadro Arte Contemporáneo en 2014. Conjuntamente con la fotógrafa Catu Vallarino, presento sus esculturas en la galería RAPP en marzo de 2015.
Expuso en ARDI Arte+Diseño, en el Hipódromo Argentino de Palermo, en junio de 2015.
En mayo de 2016 expuso en Estilo Pilar en Lagoon.
En junio de 2016 fue convocado por la Fundacion Rossi a realizar una obra, cuya temática era “Reflejos, Imágenes de la realidad”, realizando, un ñandú, como animal en peligro de extinción, sobre una base de espejos superpuestos, de manera que se intentaba representar las diversas miradas que se tienen de la realidad. Se expuso en el Museo Fortabat y allí posteriormente se realizó la subasta de las obras presentadas.
Por 6to. Año consecutivo, presento sus obras en BADA Directo de Artista, en el predio de la Exposición Rural.
El formato de sus obras y las características estructurales que logra, especialmente el nivel de expresión y movimiento, lo han llevado a obtener el 2º Premio a Nivel Nacional en Escultura, en la Secretaria de Cultura de la Municipalidad de San Isidro en 2013, por su obra “Águila” y una Mención Especial en 2015 por Cabeza de Rinoceronte