Recorrer el apasionante y sinuoso camino del proceso creativo, desde aquellas mis primeras experiencias en talleres de arte, hace más de 45 años, experimentando técnicas, materiales y texturas diversas, sumando ricos aprendizajes de mis maestros, dejando fluir los reflejos de un inconsciente que fueron transformándose en obra, hasta llegar hoy, a la alquimia inmanejable de las artes del fuego.
El vidrio, como el alma, duro y frágil, transparente , ése que no da certezas, sorpresa constante en la incansable búsqueda para hallar la estructura, el vidrio como magma, volcán y hielo, en un cortejo con el hierro y la madera, maridaje de materias para que finalmente la obra quede plasmada allí, para siempre.